El presidente de CCOO, Marcelino Camacho, junto a algunos simpatizantesde de su sindicato. (Foto: EFE/Alberto Martín)
Transcurridas tres semanas de las elecciones sindicales sigue sin constituirse el nuevo Comité de Empresa del Ilustrísimo. CC.OO., acostumbrada estos últimos años a ir a la zaga del SIME en todos los temas relativos a Personal, se ve hoy en la encrucijada de tener que optar entre proseguir con su vieja sumisión a los dictados de Mané Quílez o sumarse al proyecto regenerativo protagonizado por CSIF y UGT. Empero, antes de tomar la decisión que inclinará la balanza en uno o en otro sentido parece aguardar a que se resuelva el misterio sobre quien liderará esta legislatura que comienza; quien, en suma, saldrá victorioso en una lucha hoy dirimida en la Mesa de la configuración de la Junta de Personal. El SIME se niega a reconocer la legitimidad de Antonia Navarro Sánchez y Cristóbal García Heredia como Presidenta y Secretario respectivamente al defender que estos cargos deben pertenecerle en su condición de grupo más votado, y no a una lista conjunta entre CSIF y UGT que en la reunión de la Mesa obtuvo más votos que la de los simeros.
Sería de agradecer que algún día CC.OO. en Mazarrón actuara como la sección municipal del gran sindicato nacional al que pertenece. Siquiera alguna vez debiera mirar hacia sus agrupaciones hermanas, que en otros pueblos y ciudades de España desempeñan su labor con una política y criterios propios, sin escurrir el bulto bajo el ala de formaciones simeras de nueva generación que en Mazarrón han sumido al Negociado de Personal en el estado en el que hoy se encuentra. A los dirigentes y militantes de CC.OO. del Ayuntamiento de Mazarrón se le concede hoy una excelente oportunidad de demostrar que, pese a los errores cometidos en el pasado, son merecedores todavía de ostentar sus históricas siglas.
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