Las orejas al lobo

Pasaron de largo las elecciones sindicales y ya nos parece advertir el trasiego de furtivas sombras en los callejones y despachos. En la agenda de sus contrincantes simeros es fácil deducir que las siglas CSIF ocupan hoy un lugar primordial como objetivo a batir de aquí a los próximos meses. UGT lo sabe, y también la militancia del CSIF que, aunque nueva en estas lides, conoce sobradamente quien es cada quien en el Ilustrísimo.

Claro que todo intento por parte de la cúpula del SIME y sus mensajeros por contrarrestar la presencia de sus rivales requerirá de un gran celo a la hora de entonar los cantos de sirena que convenzan al número uno del CSIF, el señor Cristóbal García Heredia, de las ventajas de llegar a un arreglo con el que el flamante sindicato acabaría, básicamente, por interpretar el triste papel de comparsa de Mané Quílez y Cía.

CSIF y UGT harían bien en extremar las precauciones ante los posibles planes del SIME para con ellos, empezando por huir como de la peste de esa socorrida diplomacia secreta de las entrevistas informales y encuentros fortuitos con elementos aislados que tan habituales son en el Ayuntamiento; se hace del todo punto necesario propiciar un relanzamiento de la política colegiada entre delegados y resto de militancia de las diferentes secciones sindicales para apechugar con lo que se les viene encima, siquiera desde una posición de solidaridad humana ante la tarea encomendada por sus votantes y el natural y desalentador ambiente propio de esos puestos de trabajo copados de gentes… digamos que con opiniones divergentes.

Desde Nada…Personal deseamos a UGT y CSIF suerte en su lucha por reconducir una miajita el actual curso del panorama sindical municipal, pues Dios así lo quiere, nuestro Gobierno lo quiere y nosotros no vamos a ser menos.