domingo, 16 de diciembre de 2007

Más visiones de la pitonisa Raimunda...

…esta vez sobre las dos personas que ocuparán las plazas ofertadas por el Ilustrísimo para provisión de Técnico de Promoción de Empleo.


(Pinchar para ver)


Pieza musical compuesta en 1810 por Ludwig van Beethoven. La pequeña historia nos cuenta que la idea de componer esta célebre bagatela le vino al autor tras conocer a una bella niña presente en una reunión a la que fue invitado. Cuando se le informó sobre la identidad de aquel adulto de semblante hosco y aspecto desgreñado que no la quitaba ojo de encima ella se le acercó para hablarle, le hizo saber que tocaba el piano y que interpreta a diversos autores, si bien Beethoven no se encontraba entre ellos al juzgarlo muy difícil. Beethoven, entonces, escribió esta música pensando en los que, como la niña, estaban aprendiendo, y la encabezó con el título “Para Elisa”.

Bueno… los biógrafos han especulado después con que el copista que transcribió la partitura, ante la poca legibilidad del manuscrito, confundiese Teresa (que es como se llamaría realmente la niña) con Elisa, con lo que el nombre de la pieza sería originalmente “Para Teresa”. Además, la obra (ese final de su parte segunda caracterizada por un tono de abatimiento y tristeza, y la romántica densidad dramática de la tercera y última parte...) abre un pequeño campo de interpretaciones sobre la naturaleza de los sentimientos que la joven pianista inspiró en el genio.

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