CSIF: la re-generación truncada

Enlazando con el anterior artículo sobre la ilegal R.P.T. afrontamos un tema de exclusiva índole interna del Ayuntamiento, concretamente el de los sindicatos, o más precisamente el de uno de ellos, retomando a su vez la respuesta ofrecida por nosotros a un comentario recibido al artículo La callada labor de una termita por el que un lector (con toda certeza del ámbito simero) decía lo siguiente:

“…Y también decir que todos los trabajadores el Ayuntamiento saben bien que es lo que representa CSIF, en el Aytmo de Mazarrón, todos sabemos que los principales impulsores son miembros activos de la ejecutiva del PP de Mazarrón. Todo esto lo saben los trabajadores del Ayuntamiento, pero tambien conviene que lo sepan los lectores ajenos al Aytmo."

Sacamos a colación estas palabras porque a la luz de los acontecimientos vienen muy al pelo. En la mencionada respuesta a este señor y en otras ocasiones jamás entramos al trapo acerca de la identidad de los impulsores del CSIF en Mazarrón. Si el CSIF representa (o representaba) un instrumento al servicio de los intereses del PP, como insinuaba el comentarista, entonces había que felicitarse de su aparición en el escenario municipal como expresión del legítimo deseo de este gobierno de dirigir los destinos de cada una de las áreas municipales sin excepción, sacudiéndose de encima al grupo de Mané Quílez y compañía. En este loable empeño han participado empleados municipales tanto de militancia popular como de otros espectros políticos emulando (perdónesenos estos dislates sentimentales en torno a la temática del gris panorama municipal, pozo de ambiciones y extras, traiciones, pluses, puñaladas traperas, ascensos, zancadillas y vanidades mil) a la Resistencia Francesa que agrupara en sus heroicas actividades contra la ocupación alemana a cristianos de base, a comunistas, a liberal-conservadores...

Por desgracia el intento de recuperación del área de Personal por el Partido Popular se ha saldado con un fracaso estrepitoso, como queda demostrado tras la inexistente negociación de la R.P.T entre el Concejal de Personal Miguel Ballesta y CSIF. La bandera tricolor de la Liberación no ondea sobre la Torre Eiffel y ya contamos con indicios suficientes sobre la forma en la que se tiene que estar desarrollando actualmente en intramuros la "negociación" del Convenio de los Trabajadores, como antes nos lo indicaba la relación de miembros elegidos por la Alcaldía para la configuración de los Tribunales de los concursos-oposiciones.

Lo sorprendente de toda esta situación es que tiene como único responsable al PP, queremos decir los supuestos “impulsores” dentro del Gobierno, que han fletado una balsa de honestos y bienintencionados tripulantes para a los dos días, por algún misterioso motivo y en buena lid con los de la ardilla, dejarlos tirados en medio de la mar oceánica a pleno sol, sin víveres y allá se las compongan. Y la pregunta es: ¿por qué molestarse en reclutar a estas personas encomendándoles la misión de un proyecto regenerativo en la forma de un nuevo sindicato y después ningunearlos como lo están haciendo? ¿Para qué hacerles perder su precioso tiempo y energías? ¿Cifraron acaso en el Gobierno todas sus esperanzas en que las pasadas elecciones sindicales en el Ayuntamiento propiciarían un vuelco electoral de una magnitud tan considerable que de la noche a la mañana desaparecería todo rastro del SIME resolviéndose el problema por sí solo o por intercesión del Espíritu Santo?

Y de estas a otra pregunta lógica, inevitable: ¿quiénes fueron realmente los “impulsores” del CSIF en el Gobierno? Porque si con buen sentido queda descartada la mano de Miguel Ballesta por lo que todos sabemos, sorprende el escaso interés mostrado por el Alcalde Francisco Blaya en interferir desde su cargo con vistas a favorecer el reforzamiento del PP en las instituciones democráticas del Ilustrísimo.