miércoles, 5 de septiembre de 2007

Axioma y cábalas ( I )

Si se recibe una denuncia por la publicación de unas actas notariales al interpretarla el denunciante como una acusación de presuntas irregularidades en convocatorias ofertadas por el Ilustrísimo… uno no puede por menos que satisfacerle el hecho de que, por lo menos, el Juez o Jueza que corresponda se dispondrá (si admitiese tal interpretación) a profundizar en el proceso de dichas convocatorias antes de dictaminar si son realmente calumnias o no y si Miguel Ballesta Ors, como responsable de su Negociado, ha cometido PREVARICACIÓN.

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“Los teóricos socialistas hacen una diferencia entre la vida que conocemos y la que creen aportar hablándonos de las posibilidades de la humanidad si aprende a vivir en un estado de armonía. Pero yo sé que la gente no quiere vivir en armonía y, francamente, creo que no es de desear ni como vida ni como armonía.

Quitadle a la gente la relativa alegría de la lucha diaria, y os convertiréis en una comunidad de espiones, mentirosos, delatores y dañinos traficantes; y sería necesario frenar a un número definido entre ellos para evitar que satisfagan la codicia innata del poder por mandato”

(“Mi hermana y yo”. Friedrich Nietzsche)

Pues bien; estamos lejos de vivir en el mundo armónico de los “teóricos” socialistas del siglo XIX, y sin embargo ¿hay acaso bien nacido que extrañe a esos espiones, mentirosos, delatores y dañinos traficantes a los que se refiere el cantor del superhombre? ¿Hay reducto de armonía, en el más recóndito microcosmos humano no perturbado por esa conflictividad donde reside, según Nietzsche, esa “alegría de la lucha diaria” traída de la mano de individuos por completo carentes de imaginación? A éstos, si no viven aplastados por el peso de una alienación profunda como la que es capaz de producir en millones de personas el furbo (así lo llamaba el recientemente desaparecido Francisco Umbral) o la de los culebrones televisivos… necesitan matar el aburrimiento que les provoca su vacío interior a través de un ejercicio de autoafirmación que se expresa en la actitud hostil y agresión al otro, pues en las heridas que provocará es donde hallará su propio reflejo en el mundo o realización como personas. ¡Y qué peligrosos resultan cuando aparentan agruparse bajo nobles principios como los de la defensa de los trabajadores!

Miremos, si no, la enormidad de cifra de afectados por el mobbing de las estadísticas en la administración pública, justo donde se presupone una menor incertidumbre laboral que en la empresa privada, y por tanto mayores oportunidades para el cultivo del espíritu.

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