De Protocolo y otras meteduras

Las administraciones disponen de un conjunto de reglas con las que revestir los actos oficiales de la dignidad que merecen. El Ayuntamiento de Mazarrón, por ejemplo, no escatima su buen dineral en mantener un área dedicada específicamente a tareas protocolarias*, entre ellas la elaboración y distribución de invitaciones a la asistencia de los eventos.

Ejemplo de acto oficial el del pasado jueves 10 de abril en el que se procedió a la inauguración de la Casa Consistorial; Casa Consistorial (por si faltara aclararlo) patrimonio cultural arquitectónico que es de Mazarrón y de todos los vecinos de este municipio que han contribuido con el pago de sus impuestos a los trabajos de remodelación del edificio y que contribuirán en adelante a su mantenimiento, algo a considerar especialmente en un régimen democrático donde los actos oficiales se conciben exactamente como lo que son: actos del gobierno de turno en representación de toda la comunidad despojados de partidismos.

Dicho esto resaltar lo erróneo de utilizar los caudales públicos para, a través del área de Protocolo de un Ayuntamiento, premiar o marginar tontinamente a uno u otro ciudadano por su grado de adhesión al gobierno de turno. El aval moral de un gobierno para arriar en un edificio municipal o en la principal avenida de su pueblo la bandera que es enseña de todos los españoles sin distinción de nacimiento, raza, sexo o credo político se gana primeramente con un comportamiento consecuente con el texto constitucional en el día a día de las formas.

Si el Ilustrísimo discurrió la idea de expedir tarjetas a propietarios de los comercios de Mazarrón invitándoles a la asistencia del mencionado acto de apertura solemne de la Casa Consistorial… resulta por lo menos sospechoso el olvido en que Protocolo incurrió con uno de ellos (ignoramos si habrá más casos) regente de un bar sito en la misma Plaza del Ayuntamiento (el Bar Miguel) y una institución local en sí misma dicho sea de paso, esto al margen de que el bar pueda ser conocido también como peligroso centro bolchevique de desestabilizacion del gobierno municipal y con él de toda la civilización occidental.

Juan, propietario de Bar Miguel

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Sobre la Casa Consistorial, que simbolizó durante largos años con su aspecto ruinoso y desconchado de paredes el colmo de la desidia administrativa advertir de la necesidad de extremar el celo para con su conservación frente a la política de contrataciones del Negociado de Personal. Nos explicamos:

Aun no tenemos claro a qué se destinará esta joya arquitectónica, aunque parece que en principio albergará hechos puntuales culturales, exposiciones y actos solemnes a celebrar en su salón de actos. Por supuesto no hay que descartar el que vaya a acondicionarse su interior con vistas a meter a parte del nuevo personal contratado o que el Ilustrísimo contratará en el futuro. El edificio ofrece más posibilidades al respecto de lo que en principio se podría creer, como nos lo enseña la Historia en uno de sus capítulos más trágicos y vergonzosos: el de los barcos dedicados al comercio de esclavos en el siglo XIX que transportaron africanos hasta América en un número de entre 250 y 500 individuos hacinados en cada centímetro útil del navío; hay al respecto gráficos verdaderamente espeluznantes.

Comparar la suerte de los pobres esclavos negros con la de los colocados o la de los que colocarán el Ilustrísimo en los años venideros hasta que Mazarrón deje de nadar en la abundancia económica en la que vive (sic; se diría que entre el PP mazarronero y su líder nacional Mariano Rajoy existen serias discrepancias a propósito de temas de actualidad económica) parece un disparate; y en efecto lo es, como también lo es el creer que el nivel de acumulamiento humano en el remodelado edificio vaya a tener alguna similitud con el de los barcos negreros; pero con todo insistimos en el serio peligro de deterioro del interior, del yeso de las paredes pero sobre todo del papel pintado de diseño modernista a causa de un excesivo tránsito y roce de codos, brazos y demás miembros, especialmente propensos al estiramiento durante esas largas horas de hastío en las que se intentará imaginativamente dar forma palpable a la tarea que justificó aquellos concursos oposiciones.

Por cierto que el día 11 de abril el edificio permaneció cerrado a la visita; no obstante esperamos exponer un par de consideraciones sobre las innovaciones (con carácter temporal o permanente) aportadas en los trabajos de remodelación.

¿Quién sabe? Tal vez es que el Ilustrísimo no cuenta aun con suficientes empleados para abrir la puerta y custodiar el edificio. ¿No ha pensado el Negociado de Personal en ofertar un paquete de cincuenta plazas de Conserje aproximadamente para dicho cometido por “necesidades urgentes de la producción”?

Por de pronto informar de las últimas oposiciones del Ayuntamiento para provisión de plazas de las que hemos tenido conocimiento a efectos de cálculo de gasto público:

. Una para provisión de una plaza de una cosa que se llama Auxiliar para distintas labores de organización de actividades para jóvenes y de apoyo en las distintas acciones que se desarrollan en aula de informática municipal.

. Una de Agente de desarrollo local.

. De Auxiliar administrativo para la modelización y mantenimiento documental de gestión de EUROCOP.

. De una plaza de Arqueólogo mediante contrato de obra y servicio determinado.

Y lo que te rondaré morena

*(...) si en cada una de las tres administraciones que componen el Estado Central, Autonómica y Local (ayuntamientos y diputaciones) sometiéramos a revisión los gastos innecesarios en protocolos, subvenciones indiscriminadas, fastos, reduplicación de plantillas con funcionarios de confianza, encargos hechos a empresas y consultings privados dejando ociosos los recursos humanos de las plantillas funcionariales, etc. permitiríamos un ahorro de dos billones de pesetas. -Julio Anguita